Evita el insomnio con estos sencillos consejos
El insomnio se define como una incapacidad para quedarse dormido, mantenerse dormido u obtener un sueño lo suficientemente profundo, lo cual crea numerosos problemas fisiológicos con el tiempo.
Los altos niveles de estrés a menudo debido a las preocupaciones financieras, los problemas en el trabajo o los problemas en las relaciones sentimentales son las causas más comunes.
Sin embargo, otros factores también pueden jugar un papel significativo, como tu dieta, los problemas médicos o los medicamentos con prescripción médica.
Mantener horarios frecuentes
- Es fundamental dormir a una hora determinada, los horarios irregulares alteran el ciclo de sueño, contribuyendo a generar o agravar problemas de insomnio. Se recomienda levantarse y acostarse a horas similares siempre que sea posible, incluso los fines de semana, si es necesario.
Busca algo para relajarte antes de dormir
- Establecer una rutina relajante previa al momento de acostarse. Las actividades pueden variar en función de la persona; algunas ideas son escuchar música relajante, leer, meditar o darse una ducha con agua templada.
Ir a la cama cuando tengamos sueño
- Se recomienda acostarse sólo cuando se tiene sueño, ya que si tenemos insomnio el acto de meternos en la cama probablemente no nos ayude a relajarnos. Además, si pasan unos 20 minutos y sigues sin poder dormir es mejor que salgas de la cama y hagas alguna actividad relajante hasta que te dé sueño.
Evitar las siestas
- Cuando estamos muy cansadas es probable que sintamos la tentación de echar una siesta breve o no tan breve. Sin embargo, si dormimos demasiado durante el día es lógico que a nuestro cuerpo le cueste volver a conciliar el sueño al llegar la noche. Por tanto, si tienes problemas para dormir es preferible que evites las siestas. En caso de que las necesites realmente o pienses que puedes permitirte un pequeño sueño durante el día, deberías procurar que dure sólo 20 o 30 minutos y que sea lo más temprano posible.
Adecuar el dormitorio
- A ser posible, el dormitorio debería ser un lugar que asociemos con la tranquilidad y el sueño. La cama tiene que ser cómoda, la temperatura agradable y la luz tenue. Maten alejado del dormitorio cosas del trabajo, aparatos electrónicos, los ruidos y otros posibles estímulos que activen nuestra mente y nuestro cuerpo.
Hacer ejercicio
- La actividad física hace que el cuerpo se relaje en respuesta al esfuerzo previo. La calidad de tu sueño aumentará si haces ejercicio de intensidad moderada, como caminar o nadar, al menos 10 minutos al día.
Exponerse a la luz del sol
- Aprovechar las horas de sol es importante para mejorar el estado de ánimo y la calidad del sueño; por ejemplo, dejar entrar la luz natural por la ventana es una forma saludable de despertar.
Evitar sustancias estimulantes
- Los refrescos con gas, el café y el té contienen cafeína; los efectos de este compuesto, que duran unas horas, hacen que cueste más conciliar el sueño y que éste se fragmente.
Cenar ligero
- No cenes comida que contenga mucha grasa o picante porque dificultará la conciliación del sueño a causa de las molestias estomacales.
No mirar el reloj
- Hay un pequeño error que es muy común entre las personas que no consiguen conciliar bien el sueño: mirar el reloj constantemente. Lo único que conseguiremos con esto será ponernos aún más nerviosos.
Limitar los líquidos antes de dormir
- Beber mucha agua u otros líquidos durante la noche incrementará la probabilidad de que nos despertemos en mitad del sueño para ir a orinar.
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