El politólogo, Carlos Meléndez, dijo que tenemos dos países, claramente, y los dos países no están hablándose entre sí; utilizó esta metáfora para explicar qué ocurre en la política de nuestros días donde la figura del presidente Pedro Castillo maltrae a los limeños.

“Vivimos en una burbuja los residentes limeños, en la que vemos en las encuestas que la desaprobación de Pedro Castillo es muy alta porque es una sociedad limeña muy sensible a los temas que tienen que ver con la falta de preparación, con falta de liderazgo, con las acusaciones de terrorismo o de radicalismo que tienen muchos miembros del gobierno”, precisó.

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En contrapeso a este punto de vista, el investigador social afirmó que las sociedades regionales tienen otra cultura política donde los medios de comunicación y las discusiones de la opinión pública son distintas y donde el radicalismo está aceptado.

“Hay figuras que tienen una trayectoria política definida. Por ejemplo, el ministro de Trabajo. Es una persona cuya experiencia es muy conocida en Ayacucho. Entonces, las acusaciones de asociación con el senderismo no causan mucha sorpresa. Es por eso que vemos esta división entre Lima y el interior del país”, señaló.

El tema identitario (semejanza) es muy importante para comprender la aprobación que tiene Pedro Castillo, asegura Meléndez. Y añade que, a partir del empleo del quechua por sus ministros o dirigentes o el uso de símbolos tradicionales de la cultura provinciana (hoja de coca), son elementos que han generado una conexión identitaria con una imagen; un vínculo centralista anti limeño que predomina en el interior del país.

“El presidente está teniendo una luna de miel, pero en el interior del país y en base a los elementos identitarios en los que existe la creencia de que es uno de ellos, uno de los provincianos postergados que ahora está gobernando desde Lima y que también intenta hacerlo desde Cajamarca”, remarcó.

También explicó que dentro del lenguaje que emplea el mandatario Pedro Castillo expresa su ideología desde el repudio imponente a la política limeña, al establishment corrupto y que está lleno de bondades siguiendo a las víctimas históricas. De lo que se trata es romper esa corriente ideológica, aseguró.

“Lamentablemente es el discurso que ha ganado y Castillo no tiene una visión mayoritaria de la cual el gobierno es el de las grandes mayorías a pesar que sea el 50 + 1 de los votos. Y en ese sentido está atrapado en ese discurso ideológico en vez de tener una visión más pluralista de la democracia donde se gobierna para todos, incluso, para los limeños”, puntualizó.