La pandemia del COVID-19 ha obligado a que las personas se aíslen y reduzcan el contacto físico al núcleo familiar. En el Perú, las medidas de aislamiento físico se vienen aplicando desde hace más de 10 meses.

TVPerú Noticias conversó con la Dra. Sonia Zevallos, psiquiatra, para analizar el impacto de estas medidas restrictivas en la salud mental de los peruanos.

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Según explica la especialista, el coronavirus presenta una realidad que no podemos controlar. “Si bien al inicio nuestra emoción personal es el miedo, este miedo obviamente después de tanto tiempo deja aparecer nuevas emociones, la frustración ante no poder controlar lo que está pasando, la cólera de esta misma frustración y estas emociones se desregulan”, añade.

En ese sentido, indica que la desregulación de las emociones es difícil de controlar para personas que ya presenten algún problema de salud mental. “Estas emociones descontroladas nos llevan a tener conductas desadaptativas (…) generalmente muy violentas”, agrega.

Precisamente, la Dra. Sonia Zevallos señala son este tipo de emociones y conductas las que empujan a que algunas personas no usen mascarillas o no sigan los protocolos de sanidad.

¿Cómo canalizar las emociones?

La psiquiatra Sonia Zevallos recalca que el distanciamiento físico no implica un distanciamiento social. “Mantener mis redes de contacto ayuda a que yo pueda transmutar estas emociones negativas, destructivas y canalizarlas hacía una emoción positiva”, precisa.

Asimismo, recuerda que este tipo de emociones son las que finalmente llevan a construir la resiliencia, que es la capacidad que tienen los seres humanos que de situaciones catastróficas devastadoras que nos ponen a prueba salir “como un ave fénix”.

“Tenemos el teléfono, las pantallas [equipos tecnológicos] que si bien no suplen el contacto físico, sí pueden suplir el contacto emocional. Ese es el gran reto que tenemos”, manifiesta.