Elizabeth Fabián Gómez hace ocho años se moviliza en silla de ruedas tras sufrir un accidente de tránsito. Más de una veintena de niños la esperan todos los días para recibir clases, se ubican en sus carpetas y dejan libre el pasillo para que su maestra pueda transitar sin inconvenientes.

Los estudiantes del colegio de primaria N°2035 Carlos Chiyoteru Hiraoka, del distrito de Los Olivos, especialmente los chicos de cuarto año, han aprendido que todas las personas somos diferentes y que merecemos el mismo respeto.

La maestra recuerda que cuando la vieron por primera vez, al iniciarse las clases presenciales, quedaron sorprendidos y le hicieron muchas interrogantes sobre su discapacidad motora, lo cual le permitió hablarles sobre la empatía y la solidaridad.

“Estudié la carrera de Educación con muchas ganas de enseñar a los niños y llevo diez años como maestra. Por el accidente quedé con paraplejía, pero no me impidió continuar y cumplir mis sueños junto a mis estudiantes”, cuenta.

La presencia de la maestra Elizabeth movilizó a las autoridades del colegio Chiyoteru Hiraoka, cuyas autoridades han visto la manera de adecuar sus espacios para que sean accesibles e inclusivos.

La profesora Elizabeth Fabían Gómez es contratada. Los primeros días en el centro de estudios tuvo dificultad para movilizarse con su silla de ruedas y no podía acceder a firmar la hora de ingreso. Tampoco había un servicio higiénico idóneo con las medidas necesarias.

“Gracias a la directora se gestionó la necesidad y hoy la escuela tiene rampas en distintos ambientes, un baño con las dimensiones adecuadas y mi aula está acomodada de tal manera que puedo llegar a cada uno de mis estudiantes”, señala la docente.

Elizabeth tiene a dos alumnos que atiende con suma dedicación, uno con retardo leve y otro con autismo. Esta maestra es un ejemplo de superación profesional y este año participará en el concurso de la Carrera Pública Magisterial, para lo cual se prepara con ahínco.