Al menos 30 personas entre trabajadores, familiares y encargados del local de McDonald’s de Pueblo Libre, donde fallecieron dos jóvenes enamorados el pasado domingo 15 de diciembre, fueron interrogados la mañana del sábado pasado en la División de Homicidios de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la Policía Nacional.

“Han sido citados los familiares, empleados, los encargados de la tienda y amigos. No todos darán sus testimonios mañana, sino que será a lo largo de los 50 días que durarán las investigaciones”, sostuvo Walter Bedriñana a El Comercio, abogado de la familia de Carlos Campos, el primer jove que falleció tras sufrir la descarga eléctrica de una dispensadora de gaseosas que estaba averiada.

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Según el certificado de la necropsia, Campos murió por “electrocución por corriente eléctrica”. “Esto confirma el resultado del peritaje policial, el cual concluyó de que la cocina donde se encontraba Carlos estaba totalmente energizada y que al hacer contacto con la máquina dispensadora murió electrocutado junto a Alexandra Porras, su compañera de trabajo”, resaltó el abogado a El Comercio.

La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) llegó a la conclusión, a través de un informe que Arcos Dorados, la operadora de McDonald’s en Perú, cometió seis infracciones “muy graves” a las normas de seguridad y salud en el trabajo que provocaron la muerte de Campos y de Porras cuando limpiaban la cocina sin guantes ni botas.

El informe de la Sunafil está en manos de la 35 Fiscalía Provincial en lo Penal de Lima, a cargo de las indagaciones. “No hemos planteado denunciar a la empresa porque queremos que el Ministerio Público concluya sus indagaciones primero, luego evaluaremos las acciones”, indicó Bedriñana. Tampoco presentarán cargos contra la Municipalidad de Pueblo Libre y dejarán que sea el Ministerio Público el que actúe.