Los presidentes de Perú y Bolivia, Ollanta Humala y Evo Morales, respectivamente, suscribieron nueve acuerdos durante el I Gabinete Binacional realizado en la región Puno.

Los acuerdos contemplan la creación de una comisión binacional de alto nivel que en un plazo perentorio deberá definir lineamientos y acciones para la recuperación ambiental del Lago Titicaca y de su diversidad biológica, con énfasis en el sector Lago Menor.

De igual modo, la lucha decidida contra el narcotráfico, lavado de activos, corrupción,  contrabando, trata  de personas y minería ilegal, a cuyo efecto se otorga la máxima prioridad al cumplimiento de los compromisos del plan de acción adjunto sobre estos retos como punto de partida de una estrategia binacional integral.

Asimismo, el fortalecimiento de medidas para enfrentar el tráfico ilícito de drogas por vía terrestre, fluvial y lacustre, así como el incremento de operativos de interdicción coordinados y simultáneos.

Además, el fortalecimiento de la gestión integrada de las aguas de las cuencas del río Maure-Mauri y del río Desaguadero, así como la profundización de la cooperación bilateral para enfrentar a la minería ilegal que afecta las aguas del río Suches en pos de recuperar su medio ambiente.

Otro acuerdo trata sobre el apoyo a proyectos de integración específicos en beneficio de las poblaciones que  habitan en la zona fronteriza, así como la promoción y facilitación del tránsito internacional de mercancías, y el fomento de actividades económicas alternativas que alienten la generación de empleo y la inserción en la economía formal, como instrumento para luchar contra los ilícitos transnacionales.

También destaca el inicio de los estudios necesarios que permitan evaluar la viabilidad técnica económica de proyectos concretos, incluyendo la posible exportación de gas natural boliviano por la costa sur del Perú a los mercados gasíferos de Asia Pacífico, sostenibles en el tiempo y con resultados mutuamente beneficiosos para ambos países.

Igualmente, el trabajo, de manera conjunta, contra el tráfico ilícito de bienes culturales patrimoniales y la puesta en valor del patrimonio cultural común.

Figura, a su vez, la profundización de la integración y complementación entre ambas economías, el establecimiento de alianzas estratégicas bilaterales de industrias de mediano y alto valor agregado orientadas a la exportación, y la promoción del acceso mutuo a sus mercados, establecimiento de mecanismos para facilitar el tránsito de vehículos particulares y de turismo entre sus respectivos territorios, e identificación y promoción de la oferta turística binacional en la zona de integración fronteriza.

El último punto tiene que ver con la definición y desarrollo de ejes de integración física como soporte para el desarrollo económico y social de las poblaciones asentadas en el ámbito fronterizo; así como el interés de avanzar en proyectos en los ámbitos de las telecomunicaciones y transportes, con el objetivo de facilitar el comercio y la movilización de las personas.