Ni las sanciones a los responsables, ni las condolencias que se le ofrezcan lograran que Gysela Luján borre hoy de su memoria todas las dolorosas emociones y sensaciones que la asaltaron y sacudieron la madrugada siguiente del 12 de noviembre, cuando se enteró que 13 de sus familiares murieron en un accidente que ocurrió al regreso de la localidad liberteña de Callancas.

Gysela perdió a su hermana, a su sobrina Alexia, a sus tíos y tías y también a sus primos que regresaban a Trujillo luego de participar en la celebración de la fiesta patronal de Callancas. El terrible accidente ocurrió a la altura del caserío de Cungunday, en el distrito de Charat, provincia de Otuzco a unas horas de Trujillo.

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Ella, su hijo y otros seis miembros de su familia no subieron al bus que los iba a traer de vuelta a Trujillo porque todavía quería aprovechar unos días más de sus vacaciones, cuenta con lágrimas en los ojos, recordando lo que pasó en los meses finales del año pasado.

Hoy la periodista de TVPerú espera que se haga justicia. El caso no avanza porque  se han presentado algunos errores en el proceso, dijo, pero este accidente no puede quedar impune. Son en total 19 personas las que han fallecido y aún tengo a 4 de mis familiares heridos que necesitan cuidados, agregó.

Las autoridades han pedido una prisión preventiva de 9 meses contra el chofer John Mantilla, pero la empresa aún sigue y seguirá transitando con sus vehículos, no es justo, indicó.

El chofer aquel día vino a toda velocidad, mientras le pedían que no corra, sin embargo en la curva de una bajada las llantas traseras al parecer se atascaron en la trocha y en su propósito de salir del atolladero, el peso del vehículo cedió hacia atrás y terminó desbarrancándose, refiere recordando la versión de su tío herido.

Si el vehículo hubiese rodado más no se hubiera quedado a 300 metros de profundidad, quizás hubiera alcanzado el fondo que es de mil metros y todos hubiesen fallecido, señaló.

Sus familiares han informado que la empresa Ibatursa se desatendió de los heridos cuando el dinero del seguro se acabó y nunca han ido a visitar a quienes aún permanecen en la clínica. Es más, cuando alguna vez se han comunicado con el dueño de la empresa, este respondió que el problema no era de él, expresaron. 

La empresa recibió una sanción temporal de 90 días, pero para Gysela Luján no es suficiente, ella solicita el cierre definitivo.