El primer caso grave de COVID-19 en el país dejó la unidad de cuidados intensivos. Se trata del sacerdote Luis Núñez del Prado, cuyo caso es un símbolo de esperanza y de la lucha que hacen a diario médicos y enfermeros en todo el país.

Tras permanecer un mes con respiración mecánica en el Hospital Rebagliati, el religioso logró ganarle la batalla al COVID-19 y ser trasladado finalmente a hospitalización. Este hecho fue celebrado en medio de aplausos de los profesionales de la salud que lo atendieron.

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“Sí se pudo. Me mataron tres veces, morí tres veces [...] He vuelto a la vida. Este es un centro de vida porque acá se lucha por la vida mañana, tarde y noche con ánimo y con fe”, dijo en un video que fue grabado mientras dejaba UCI.

Núñez del Prado fue internado en una clínica el 11 de marzo con un cuadro de neumonía atípica, siendo evacuado después al hospital de EsSalud, donde recibió la atención incansable del personal médico, a quienes el propio padre calificó como “símbolo de vida”.

Actualmente, el religioso de 47 años respira por sí mismo y se espera que pronto retorne a sus actividades litúrgicas en la parroquia San Gabriel Arcángel de Villa María del Triunfo, donde sus fieles lo esperan.