Un grupo de técnicos de Enel trabajan de madrugada en pleno toque de queda para restablecer el fluido eléctrico en diversos puntos de la ciudad, principalmente para dar energía a hospitales y centros de salud que tienen aparatos médicos de los que dependen hoy cientos de vidas aquejadas por el COVID-19.

Se trata de atender todas las emergencias que ocurren de manera repentina y que pueden crear una serie de problemas en sitios neurálgicos de la capital, dijo el ingeniero encargado del mantenimiento y la distribución de la citada empresa, Yonel Chancafe.

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El profesional está a cargo de una docena de hombres que arriesgando sus vidas en plena epidemia del coronavirus salen a las calles con los permisos respectivos  para cumplir con el mantenimiento y la reparación de las líneas de electricidad.

Ellos también tienen familia y tienen temores y se han mantenido trabajando a lo largo de todos estos días, porque saben que tienen que cumplir con su labor para mantener operativa las partes primordiales que funcionan actualmente en Lima durante esta emergencia.

Chancafe vive en Ventanilla y deja con angustia a sus padres en casa, pero sabe de la valía de su labor.
 
Este viernes de madrugada debió llegar con sus compañeros hasta la zona de Oquendo en el Callao para reparar las líneas de electricidad que habían dejado en penumbra esta populosa zona chalaca.

Mientras los vecinos del Callao descansaban tratando de reponer fuerzas y ánimos, los trabajadores recorrieron el lugar donde se reportó la emergencia, ubicaron las fallas y se pusieron a trabajar para acabar con la oscuridad, que por cierto en este lugar se vuelve aliada de la delincuencia.

Ellos saben que muchos sectores productivos están paralizados en el país a consecuencia del coronavirus que golpea el mundo entero y que también nos está afectando, pero este servicio es indispensable. La luz es vital y en estos momentos puede ser también un significado de esperanza para muchos.