El Bayern de Munich se coronó campeón alemán por octava vez consecutiva ante las tribunas casi vacías del estadio, donde sólo aplaudían personas cercanas al club como el presidente del Consejo Directivo, Karlheinz Rummenigge.

Debido a la pandemia del coronavirus, se impusieron protocolos que ha hecho que este título sea algo distinto a los otros. Ni público en las tribunas, ni baño de cerveza en la cancha. Asimismo, tampoco habrá fiesta, ni regreso a Múnich, ni tras la última jornada. "Es un título curioso por todo lo que ha pasado", dijo Rummenigge al canal Sky.

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El único tanto del encuentro lo anotó Robert Lewandowski a los 43 minutos. Siguiendo el estricto protocolo sanitario, las celebraciones se limitaron a abrazos entre jugadores y técnicos. El polaco sumó 31 goles en esta temporada con el Bayern.

El cuadro visitante jugó los últimos diez minutos del encuentro con inferioridad numérica, tras la expulsión de Alphonso Davies con doble amarilla.

El veterano capitán suma 26 triunfos en 29 partidos de todas las competiciones desde que el técnico Flick se hizo cargo del equipo en noviembre.

El parón forzado por la pandemia del coronavirus no afectó al equipo bávaro. Ahora al Bayern le queda la final de la Copa de Alemania, que jugará el 4 de julio contra el Leverkusen, y lo que queda de la Liga de Campeones.