El fiscal Marco Guzmán Baca, quien había ocultado por seis años grabaciones sobre la presunta compra de testigos en el caso Madre Mía, intentó destruir las evidencias contra el expresidente Ollanta Humala, en plena investigación, es lo que señala el diario El Comercio.

Guzmán Baca obtuvo el material como consecuencia de las grabaciones que eran interceptaciones telefónicas legales al cabecilla senderista Florindo Flores Hala, conocido como camarada Artemio, quien luego fue capturado por la Policía.

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Según las investigaciones y de acuerdo al registro de la página Infogob, el fiscal estuvo inscrito como afiliado válido del Partido Nacionalista, en el padrón de marzo del 2012 del Jurado Nacional de Elecciones.

Guzmán envió un oficio a la División de Investigaciones Especiales de la Dirección Antidrogas del Perú (Divines) solicitando que se elimine el material. Cuando se le pidió las precisiones, el fiscal señaló las grabaciones vinculadas con el caso Madre Mía que no eran materia de su investigación.

Pero tres oficiales de la PNP que participaron en la captura de Artemio indicaron que el pedido de Guzmán Baca no fue ejecutado. Es más, dijeron que no lo hacen por más que lo pida un fiscal y que la evidencia se queda con una copia de resplado que se guarda en el sistema Constelación.

En su defensa, Guzmán Baca que fue separado de la Fiscalía, y que retornó al Ministerio Público por una reconsideración del controvertido y desactivado Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), indicó que nunca ordenó que se destruya nada de la fuente principal, sino del cuadernillo que se estaba armando. El expediente que se lleva al juez no puede tener cosas ajenas al caso, agregó.