Los peruanos con discapacidad severa tienen en el Programa Nacional Contigo del Midis la atención del gobierno del presidente Pedro Castillo. Más de 80 mil menores de edad son beneficiarios de una pensión bimestral que no es contributiva.

Así lo dio a conocer Nérida Aucahuasi, directora ejecutiva del Programa Nacional Contigo, quien explicó que el aporte económico “se otorga a través de un padrón establecido y tipificado conforme a puntuales requisitos”.

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“Asciende a 300 soles bimestrales. Son seis abonos por año. Y beneficia de los 80,126 usuarios que tenemos a la fecha, a un 29 %; menores de 18 años que requieren de una persona autorizada para el cobro”, señaló.

Detalló también que en este concepto de personas con discapacidad severa encontramos tres figuras: el usuario, el cuidador o acompañante y el autorizado para el cobro. Pueden ser tres personas distintas. Generalmente viendo el tema del acompañante o cuidador recae en la mujer que representa un 80 %.

“Puede ser la mamá, la hija, la hermana, hasta las abuelas. En estos casos la persona autorizada es la que realiza el cobro del dinero correspondiente a los beneficiarios menores de edad”, apuntó.

El Programa cuenta con dos unidades de línea. Una de operaciones que se encarga de las transferencias, previa una metodología y directiva. La otra área estratégica es la de acompañamiento que se encarga de monitorear que la pensión tenga el uso objetivo y adecuado.

“No solo en término de ir a la persona sino también el uso. Aunque no es algo que sea muy significativo, por el momento, porque es de acuerdo a la capacidad financiera del Estado. Pero sí es una ayuda importante. En ese sentido a nosotros nos interesa ayudar a mapear en qué se está utilizando esa pensión”, puntualizó.

De otro lado, la persona beneficiaria del Programa Contigo tiene un tipo de discapacidad. Según la norma hay cinco tipos: física, mental, sensorial, motora e intelectual. En estos también hay grados de discapacidad. El Programa Nacional Contigo se orienta al público objetivo de personas con discapacidad severa.

¿Qué es la severidad? Para considerarla, esto lo tipifican los médicos certificados del Minsa. Es aquella discapacidad cuya persona no puede abastecer por sí misma sus necesidades vitales. Entonces, requiere la ayuda de una tercera persona.

Por ejemplo, la discapacidad visual. No específicamente por la persona en sí, sino también tiene que ver con el entorno. Digamos: una persona invidente de Miraflores no puede compararse con otra persona con la misma discapacidad completa de un área rural.

“Veremos que en Miraflores existen semáforos que tienen información a través de una voz de audio. Cuenta con rampas de acceso. Los edificios tienen ascensores. En cambio, en el área rural o, mejor, la zona urbano marginal donde hay viviendas bastante empinadas, no hay escaleras y, si las hay, son muy pendientes”, manifestó la directora ejecutiva del Programa Nacional Contigo.