El cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo, señaló que la navidad no debe cambiar en absoluto, porque la navidad es esperanza. En medio de las dificultades y tristezas, hay esperanzas, porque las esperanzas están puestas en Jesús, remarcó.

En diálogo con TVPerú, el cardenal indicó que creía que a través de nuestro medio televisivo tenemos la posibilidad de comunicarnos a nivel nacional. A través de ustedes llegamos al corazón de todo los peruanos y peruanas de todas las regiones, remarcó.

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En este contexto que parece un mar agitado tenemos que dejar reposar aquellas cosas buenas que hay en nuestros corazones, expresó. Toda persona por más desordenada que este viviendo, tiene algo bueno y Dios viene en la persona de Jesús para aunar esas voluntades, a veces muy débiles, pero voluntades, de hacer bien a los demás, agregó.

Hay ms alegría en dar que en recibir, es el tiempo de la comunión, es el tiempo de buscar juntos la mejor forma de vivir como hermanos y hermanos, comenzando por los que más sufren, por los más pobres, y esta es la esperanza que nos debe animar en todo el Perú, enfatizó.

El dolor, el sufriminto y la tristeza están en muchas familias peruanas que han perdido a sus seres queridos, no solo por la pandemia, manifestó. Hay también aquellos que están en una cama UCI o tienen otras enfermedades, para ellos Jesús también tiene una palabra de aliento, de consuelo y de fortaleza, aseguró.

Jesús es la respuesta para todas las preguntas que nos hacemos y para todas las situaciones de dolor que vivimos, aseveró.

Dijo asimismo que la navidad es fiesta de dolor, tristeza, alegría y esperanza y esa es la vida y eso lo experimentó tambien Jesús. La navidad no es lo que nos presentan las propuestas comerciales, añadió. 

Recordó a María a punto de dar a luz, envuelta en problemas, pero con mucha paz. Esto es el mensaje fundamental que debemos dar en este momento: hay una situación muy complicada en el país por la pandemia y también por otros motivos, reclamos justos o tal vez exagerados, pero es la pobreza la que está mandando muchos mensajes muy claros para todos y cada uno de nosotros, acotó.

En este tiempo complicado hay alguien que nos dice aquí estoy yo, lo único que tenemos que hacer es abrir la puerta de nuestro corazones y nuestros hogares para que ingrese Jesús y la familia de Nazaret, puntualizó.

No olvidemos que José estaba muy preocupado por María su esposa que esperaba un hijo y que tocaba la puerta de Belén. La llamada es fuerte para que le dejemos un sitio para que Jesús entre y se quede en nuestros corazones, enfatizó.