Pocos hablan de ello, pero es mucho más común de lo que se cree. La disfunción eréctil podría estar afectando al 50% de los hombres entre los 40 y 70 años, quienes pertenecen a este grupo etario refieren haber tenido por lo menos una vez algún problema de erección, una patología que puede agravarse o aparecer tras haberse contagiado de COVID-19. 

El médico del Servicio de Urología del Hospital Nacional Guillermo Almenara, Dr. José Antonio Arrús, señaló que el órgano sexual masculino tiene un importante componente vascular al momento de la erección. Esto implica que los cuerpos cavernosos, una suerte de ductos internos, se llenen de sangre para lograr la rigidez del miembro y permitir el coito. El COVID-19 podría generar un daño vascular que desencadene en disfunción eréctil prolongada. 

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“El virus del COVID-19 daña los tejidos vasculares, con el daño vascular, podrían aparecer síntomas desde el punto de vista sexuales como problemas de erección en los pacientes que han desarrollado la enfermedad en un modo más complejo” aseveró el especialista en urología.

La disfunción eréctil podría tener tres niveles: leve, moderada o severa. Esta se determina por grado de erección que logra el paciente, su capacidad de penetración y la duración de la misma. En algunos casos extremos es incapaz de lograrlo. 

Existen muchos factores que pueden dañar la función eréctil de un hombre. Una de estas causas son las enfermedades de origen netamente vascular como la hipertensión arterial, colesterol elevado, diabetes, y ahora el coronavirus. 

¡Cuidado con la automedicación!

Si bien el mercado ofrece alternativas para tratar la disfunción eréctil, no deberíamos tomar una sola pastilla sin prescripción médica, ya que el efecto podría ser contraproducente. “existen pacientes que presentan factores de riesgo y no deberían tomar determinados medicamentos. Para ellos, consumirlos sin indicación médica, podría ser sumamente peligroso”, afirmó el especialista. 

Junto al tratamiento médico se recomienda llevar una vida saludable que permite una mejor respuesta frente a la medicación indicada: Una buena alimentación, hacer ejercicio para mantener el peso ideal y evitar el consumo de tabaco, disminuirá el riesgo cardiovascular alto.