¿Por qué toda empresa debería tener un contrato de confidencialidad en sus negociaciones?

Para que un contrato de confidencialidad sea realmente efectivo, debe identificar claramente a las partes, definir qué constituye información confidencial y establecer su uso permitido.
Por Renato León G.
En un mercado cada vez más competitivo y digitalizado, proteger la información sensible se ha vuelto indispensable. Así lo sostiene Mihael Damas, abogado especialista en Derecho Corporativo del Estudio Fuentes, quien explica por qué el contrato de confidencialidad —también conocido como NDA (Non Disclosure Agreement)— se ha convertido en una herramienta clave para las empresas peruanas.
“Un NDA es un acuerdo legal que obliga a las partes a mantener en reserva la información estratégica compartida en una relación comercial. Ya no es solo un formalismo, sino una pieza central en la gestión de riesgos empresariales”, afirma Damas.
El abogado precisa que estos contratos se utilizan en múltiples escenarios: procesos de venta de empresas, búsqueda de financiamiento, acercamientos con socios potenciales o incluso en negociaciones con proveedores y trabajadores. Su función es doble: proteger los datos y generar confianza.
CLÁUSULAS CLAVE PARA UN NDA SÓLIDO
Para que un NDA sea realmente efectivo, debe identificar claramente a las partes, definir qué constituye información confidencial y establecer su uso permitido. Entre las cláusulas más importantes están el alcance de la confidencialidad, las excepciones, la duración del acuerdo, las limitaciones de uso y las consecuencias en caso de incumplimiento.
“Es fundamental incluir una cláusula penal que contemple sanciones económicas automáticas ante una revelación indebida. Además, se pueden incorporar disposiciones especiales según el negocio o industria: cláusulas de no competencia, no contratación o no elusión”, explica Damas.
UNA HERRAMIENTA QUE TAMBIÉN FORTALECE VÍNCULOS
Lejos de ser un documento rígido, el contrato de confidencialidad también puede mejorar las relaciones laborales y comerciales. “Con socios e inversionistas, un NDA transmite profesionalismo y compromiso. Con trabajadores, permite establecer responsabilidades claras desde el inicio, reduciendo riesgos y evitando conflictos”, detalla el especialista.
ERRORES FRECUENTES Y CÓMO EVITARLOS
Entre los errores más comunes está el uso de modelos genéricos sin personalizar, o la falta de precisión al definir qué se considera confidencial. También es usual omitir cláusulas clave o dejar de hacer seguimiento al cumplimiento del contrato.
“La mejor manera de evitar estos problemas es contar con asesoría legal especializada. Un NDA mal redactado puede dar una falsa sensación de seguridad, mientras que uno bien diseñado protege realmente los intereses de la empresa”, advierte Damas.
¿CAMBIA ALGO SI LA EMPRESA ES EXTRANJERA?
Sí. En acuerdos internacionales, es esencial definir la ley aplicable y la jurisdicción competente para resolver disputas, pues un litigio en el extranjero puede ser costoso. También se debe asegurar que las cláusulas sean válidas en ese país y considerar el idioma oficial del contrato.
RECOMENDACIÓN FINAL PARA EMPRESARIOS Y EMPRENDEDORES
Damas concluye que el NDA debe verse como una herramienta estratégica, no solo legal. “Debe presentarse en el momento adecuado, diferenciarse de otros acuerdos como el de no competencia, y contemplar un plazo de vigencia posterior a la negociación. Así, la confidencialidad se mantiene incluso después de cerrada la operación”, señala.