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"Lima en su Aniversario: Descifrando el Escudo y Sus Raíces Fundacionales"

En el aniversario de Lima, sumérgete en la fascinante historia detrás de su escudo, desentrañando los símbolos que cuentan la epopeya de su fundación española hace 489 años. ¡Descubre el legado de la Ciudad de los Reyes con nosotros!
ANIVERSARIO DE LIMA

Lima cumple 489 años de fundación. Foto: Andina

Lima cumple 489 años de fundación. Foto: Andina
9:55 horas - Jueves, 18 Enero 2024

Por Gastón Gaviola

"Este es el verdadero símbolo de los reyes", o como dice el escudo de Lima: "Hoc signum vere regum est". Como podrán hacerse la idea, hoy vamos a hablar un poco sobre la ciudad capital, y eso incluye entender su escudo, lleno de símbolos y latines. Aquel que se luce en la fachada del Palacio Municipal, la bandera con fondo amarillo de la ciudad y cualquier documento oficial de la administración metropolitana que se publique.

Así que si alguna vez les dio curiosidad qué eran todas esas letras y dibujos, aquí vamos a ensayar una explicación breve sobre su fundación española.

FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE LOS REYES: 18 DE ENERO DE 1535

La historia comienza la mañana de un lunes. Es el 18 de enero de 1535 y el sol brilla fuerte sobre la ribera izquierda de un río de aguas limpias, que baja desde las montañas hasta perderse en el océano. La luz proyecta una sombra larga sobre este grupo de hombres barbudos enfundados en hierro, que están a 24 kilómetros de la playa, 5 leguas, cuyo puerto natural es la única conexión que tienen con la península desde la que llegaron meses atrás.

Su líder es un soldado de Trujillo de Extremadura llamado Francisco Pizarro y desde el pasado 4 de diciembre, había acordado con sus compañeros que debían dejar las serranías de este reino y acercarse más a la costa. Jauja estaba muy bien, un gran clima y mejores tierras de labranza, pero se encontraba demasiado lejos de cualquier ruta de auxilio y peligrosamente cerca al Cusco.

Por eso, en el cabildo de Jauja, acordaron que tomarían la ruta del oeste, que los llevaría hasta el oráculo de Pachacamac. Una vez allí asentados, empezaron las exploraciones. Se eligió el 8 de enero a tres jinetes que partieron hacia el norte: Juan Tello, Rodrigo Díaz y Alonso Martín de don Benito, que regresaron el día 13 a Pachacamac a contar lo que habían visto.

Por eso estaban allí reunidos aquella mañana de sol. Entusiasmados por el cielo azul y el clima templado y seco de ese valle. Un buen lugar para fundar una ciudad. Junto al grupo hay un sacerdote católico y también un escribano. Este último recoge en un pergamino de fibras de algodón las palabras que Pizarro pronuncia ante los allí presentes, e va imprimiendo con tinta, no animal, sino de origen vegetal, las palabras que constituirían el acta de fundación de la ciudad, que todavía no se llamaba Lima.

LIMA FUNDACIÓN

"Por lo cual en nombre de Su Majestad, como gobernador y capitán general de estos dichos reinos (...) mando que el dicho pueblo de Jauja y el de San Gallán, porque no están en asiento conveniente, se pasasen a este dicho asiento y sitio. Por cuanto cuando el dicho pueblo de Jauja se fundó en la sierra, no estaba visto para que dicho pueblo estuviese mejor fundado, él hizo la dicha fundación de él con aditamento y condición que se pudiese mudar en otro lugar que más conviniese y pareciese, y porque ahora, como dicho es, conviene que de los dichos pueblos se haga nueva fundación".

Y así, espada en mano, le dio nombre a la villa. "Acordó y determinó de fenecer y hacer y fundar el dicho pueblo, el cual mandaba e mandó que se llame ahora y para siempre jamás la Ciudad de los Reyes".

NOMBRES Y ORÍGENES: ENTRE REYES MAGOS Y MONARCA

La Ciudad de los Reyes. Si bien una versión refería que se llamó así en honor a los Tres Reyes Magos, los sabios de oriente que en la tradición cristiana llegaron a adorar al recién nacido Jesucristo, figura también la versión de María Rostworowsky, quien planteó que el nombre escogido por Pizarro se debía a los monarcas españoles de ese momento, que a la sazón eran Juana I de Castilla y su hijo Carlos I de España, a quien conocemos también como Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico.

Sin embargo, es la versión de Melchor, Gaspar y Baltazar y la celebración de la Epifanía y Adoración al Niño, la que es comúnmente aceptada. Esto nos remite entonces al escudo de la capital, que lleva ambos elementos: tanto sobre los 3 Reyes Magos, como de Juana I y su hijo Carlos V. Si observamos el blasón, veremos las 3 coronas, las que representarían a los 3 mencionados reyes de oriente. A ellos les acompaña una estrella, la misma que, siempre enmarcada en la tradición cristiana de la que todos los españoles allí presentes eran creyentes, representa a la Estrella de Belén, el astro luminoso que habría guiado a los tres sabios hasta el pesebre de Belén donde habría nacido el Hijo de Dios.

Los Reyes Católicos vienen representados, como en todo escudo de su Imperio, por una I y una K. Ambas, son iniciales que figuran en el escudo de Lima. Juana de Castilla es representada por la I, derivada de Iona. El emperador Carlos V se representa por la K que, siguiendo los mismos principios, sería la inicial de Karolus; hay también la versión que señala que la letra K se debe a que nació en Gante, la actual Bélgica neerlandófona, es decir, de habla holandesa, donde su nombre castellano (Carlos) es Karel.

Todo está en latín, que era el idioma académico de la época por la que fue fundada Lima. Esto facilitaba mucho la comunicación global, razón por la que, por ejemplo, los nombres científicos de plantas y animales se siguen dando hasta hoy en esa lengua, como un perro o Canis lupus familiaris, pero nos estamos desviando.

Para redondear, en aquellos días del siglo XVI, si un francés y un sueco querían entender lo mismo, pues en latín. Por otro lado, las tres coronas que nos dejan que a Lima se le empezara a conocer como la "tres veces coronada villa", debe el apelativo, eso sí, a Melchor, Gaspar y Baltazar.

ÁGUILAS, CORONAS Y LATÍN: LA OFICIALIZACIÓN DEL ESCUDO

La Real Cédula de Privilegio de Escudo de Armas, que tal era el nombre del permiso, fue firmada y otorgada tanto por el propio emperador Carlos V, como por su madre, la reina Juana de Castilla, con fecha de 7 de diciembre de 1537. Y según reza el documento, el referido símbolo "(...) divisa dos águilas negras de corona de oro de reyes que se miren la una a la otra, y abracen una I y una K, que son las primeras letras de nuestros nombres propios". El texto, escrito en el castellano propio de la época, remata así: "(...) es nuestra merced y voluntad que ahora y de aquí adelante perpetuamente para siempre jamás, la dicha ciudad de los reyes haya y tenga por sus armas conocidas".

Es por eso que, aunque hoy nos parezca algo extraño, el primer escudo de Lima lucía a las dos águilas negras, cada una sosteniendo en sus garras las citadas iniciales I, K que hasta hoy vemos en el blasón de la capital. Y ya que hablamos de águilas, se trata del Águila de San Juan, que es la representación, en tanto se entienda como símbolo de poder, de los reyes católicos de España. ¿Ejemplos? Además del escudo de Lima, vemos el Águila de San Juan lucirse en los escudos de las ciudades de Boyacá (Colombia) y Valparaíso (Chile), ambas fundadas en nombre de Sus Majestades Católicas.

En el caso concreto de Lima, cada monarca, Juana I y Carlos I de España (ya dijimos que también es el emperador Carlos V) se representa con su propia águila. Es por eso que muchas personas confundían a las dos aves con el águila bicéfala, propia de la casa Habsburgo y como no, del Sacro imperio Romano germánico del que venimos diciendo en repetidas oportunidades que Carlos V era su emperador al momento de la fundación de Lima.

Así quedó establecida y oficializada la Ciudad de los Reyes. Con el paso del tiempo y con el contacto con la población local del cacicazgo del curaca inca Taulichusco fue dando paso natural a su nombre actual, Lima. Una zona de ricas y fértiles tierras bañadas, como decía al inicio de esta historia, por un afluente de aguas limpias y cantarinas al que los vecinos daban en llamar Rimac o río hablador.

A sus orillas se trazaron calles de forma horizontal y vertical, a la usanza europea. Por eso al Centro Histórico de Lima, ese cuadrante que parece un perfecto tablero de ajedrez, se le conoce como "damero de Pizarro". Con sus 13 calles de ancho atravesadas por otras 9 de largo, conformando un total de 177 manzanas o cuadras. Una ciudad que se llenó tan pronto de huertos cargados de naranjos, lúcumos y manzanas, perfumadas de jazmines y rosales alimentados por su generoso río, que a nadie le sorprendió que también la conocieran como la "Ciudad Jardín".

Han pasado 489 años desde el inicio de la historia que termina en estas líneas, pero que tiene mucho más para contar en el tiempo. ¡Feliz aniversario, Lima!



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