Padre Arroyo: “La iglesia no tiene calabozos, el Estado se encarga de sancionar los delitos”
El padre Mario Arroyo explicó que a diferencia de un delito civil, la máxima sanción que puede aplicar la iglesia católica a un obispo o sacerdote es reducirlo al estado clerical, es decir dejan su cargo y no podrán celebrar misa ni confesar a fieles.
Si bien la iglesia ha acordado cooperar con las autoridades civiles de acuerdo a la ley de cada país, recomendó a las personas que hayan sido víctimas de abusos a no acudir únicamente al tribunal eclesiástico sino también denunciar al agresor ante los tribunales civiles.
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Sobre los 34 obispos de Chile que pusieron a disposición su cargo a raíz de diversos casos abusos sexuales, Arroyo opinó que es algo inédito y lo interpretó como un acto de contrición, de pedir perdón y de solidarizarse con las víctimas.
En tal sentido afirmó que la iglesia es la primera interesada en dar pasos para recuperar su credibilidad, como cuando el papa Francisco pidió perdón y se rectificó sobre lo dicho en un primer momento de obispo Juan Barros.