Luego de conocer que un juez estadounidense resolviera dar luz verde al pedido de extradición a Perú para que responda en torno a las acusaciones de corrupción en su contra, el expresidente Alejandro Toledo afirmó que hará todo lo que sea necesario dentro y fuera del país para recuperar el nombre de su esposa, el suyo y el de su familia.

En diálogo con la agencia EFE, Toledo apeló una vez más a su condición racial de "rebelde con causa". Reconociendo, sin embargo, ser el patito feo de esta historia y que lo único que desea ahora es recuperar su credibilidad.

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En el Perú, los entendidos en derecho penal le han recomendado aceptar sus responsabilidades en las investigaciones que se le sigue por presuntamente recibir 35 millones de dólares de la constructora Odebrecht y acogerse a la colaboración eficaz.

El abogado penalista, Luis Lamas Puccio, indicó que "la presencia de Toledo en el país va a significar un abanico de nuevas posibilidades, respecto a otras personas y a otras operaciones encubiertas".

Lamas Puccio recordó además que Josef Maiman ha tenido una participación activa en el caso Odebrecht y se encuentra en libertad por ser colaborador eficaz.

Por su parte, el ex fiscal anticorrupción, Pedro Ángulo, manifestó que el proceso de extradición del exmandatario peruano demoraría entre 3 semanas a dos meses.