Danza Los Pastorcitos de Sihuas es declarada Patrimonio Cultural de la Nación
El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Los Pastorcitos de Sihuas del departamento de Áncash, por ser una manifestación cultural que une los pueblos de una provincia en torno a su fe, afianzando su memoria histórica, cultural y religiosa, así como su identidad.
La danza se practica como parte de los festejos navideños y se combina con la interpretación teatral de sus personajes, quienes recitan versos aprendidos –llamados también discursos– y entonan cánticos que van narrando la visita que realizan los pastores al niño Jesús con motivo de su nacimiento.
A través de los versos y cantos los personajes dialogan entre sí, y esta interacción se convierte en teatralidad, ya que representa una historia con discursos, protagonistas, movimientos gestuales y música, entre otros elementos que forman parte del arte dramático. Además, son expuestos ante una audiencia.
En la danza Los Pastorcitos participan, tanto hombres como mujeres de todas las edades, asumiendo diferentes papeles. El ángel, es el personaje central de la comparsa y se encarga de liderarla, dirigiendo las canciones y conduciendo a los pastores en busca del portal de Belén para saludar al Niño Jesús.
De acuerdo a la tradición, la música que acompaña esta danza se suele interpretar con un violín, una mandolina y un tambor. Sin embargo, en la actualidad, algunas veces se incorporan instrumentos más contemporáneos como la guitarra, el órgano y el bajo eléctrico, entre otros.
La riqueza artística que contiene esta manifestación cultural se constituye como una expresión de respeto, veneración y gratitud a la imagen del Niño Jesús y forma parte de una creación particular de un auto sacramental, asumido como propio con elementos de la cultura local.
En la práctica de esta tradición, en la cual confluyen elementos campesinos andinos y occidentales católicos, queda de manifiesto la capacidad de la cultura andina para readaptar sus propias costumbres e incorporarlas con los elementos de la religión católica. Este sincretismo ha permitido, a su vez, la continuidad de sus prácticas culturales y de su cosmovisión prehispánica.