Javier Pérez de Cuéllar partió a la eternidad. Su cuerpo fue colocado en un mausoleo familiar en el cementerio Presbítero Maestro. Durante el cortejo fúnebre se le rindieron honores de jefe de Estado debido a su trayectoria en la historia diplomática y política de nuestro país.

El ilustre diplomático se desempeñó como secretario general de Naciones Unidas entre los años 1982 y 1991. También asumió la presidencia del Consejo de Ministros y el Ministerio de Relaciones Exteriores durante el gobierno de transición de Valentín Paniagua.

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A la inhumación de Pérez de Cuéllar asistieron en representación del Poder Ejecutivo el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, y el canciller Gustavo Meza-Cuadra, quien destacó las cualidades y el legado del difunto.

“El embajador Pérez de Cuéllar fue también el decano del servicio diplomático de la República. Todos los que venimos después lo tenemos como referente y ejemplo, el mejor posible pues don Javier es reconocido como el diplomático peruano por excelencia”, sostuvo.

Asimismo, dijo que si bien el Perú y el mundo están de duelo por su partida, también se encuentran agradecidos por la vida y por el elevado sentido del deber con la que el sirvió a su país y a la humanidad.

“Por todo ello y mucho más, muchísimas gracias embajador Javier Pérez de Cuéllar, que su buena estrella permanezca siempre con todos nosotros”, puntualizó.