Política

Discurso de Luis Iberico por el 193 aniversario del Congreso

12:19 horas - Jueves, 17 Septiembre 2015

El presidente del Parlamento, Luis Iberico Núñez, ofreció un discurso en la sesión solemne por el 193 aniversario del Congreso de la República.

Señores miembros de la Mesa Directiva del Congreso
Señor presidente del Poder Judicial
Señor... (otras autoridades)
Colegas congresistas:

Son inevitables para mí la honra y la satisfacción de celebrar el 193° aniversario del Congreso de nuestra República ejerciendo la función eventual de su Presidencia. Y sumarle a ello el gran honor de venir compartiendo con ustedes queridos colegas, durante los últimos cuatro años, las tareas que la ciudadanía nos encomendó a través de la expresión democrática del sufragio. Por tales razones, alcanzo a cada uno y a cada una mi saludo más cordial en esta fecha conmemorativa, deseándoles toda clase de éxitos a sus emprendimientos.

He aludido a los cuatro años que lleva nuestro encuentro en este recinto de las leyes y el debate político. Eso recuerda que apenas quedan diez meses para concluir nuestras labores correspondientes al periodo legislativo 2011-2016 y que nos aprestamos a vivir un nuevo proceso electoral en el que no solo elegiremos al próximo presidente o presidenta de la República, sino también renovaremos el Parlamento Nacional.

Decidirá el pueblo peruano validar las justas expectativas de muchos de los aquí presentes que buscan continuar otorgando su servicio al país. Pero lo que sí resulta un imperativo impostergable e ineludible para todos nosotros, es concluir el mandato recibido legando al siguiente Poder Ejecutivo y al siguiente Congreso sólidas vigas maestras de gobernabilidad y estabilidad democráticas.

Me permití señalarlo al asumir la conducción de este órgano del Estado y lo reitero hoy en un día tan solemne como especial: Afrontemos el periodo de elecciones debatiendo, polemizando, contraponiendo ideas y propuestas, pero todo esto dentro de un clima de mutuo respeto y tolerancia, sin perder de vista que el país en su conjunto nos mira reclamando atención a los procesos que se relacionan con su vida diaria: la seguridad ciudadana, la economía, la inclusión y el desarrollo.

Sobre estos aspectos vitales para nuestra sociedad, hagamos el esfuerzo de alcanzar consensos mínimos y materializar avances. No desperdiciemos energías alimentando propósitos destructivos ni de polarización irracional. No hay forma de abdicar el rol fiscalizador del Parlamento, pero sí es posible investigar los temas de interés nacional con rigurosidad y ponderación. Ciñamos nuestra conducta política a ese precepto.

Estas últimas semanas, por ejemplo, hemos demostrado gran sintonía colectiva avanzando en la aprobación de importantes normas electorales. También creando una comisión especial que hará seguimiento a las acciones adoptadas para hacer frente al Fenómeno del Niño y prestar nuestro concurso en todo lo que esté a nuestro alcance.

Este evento climático cuyas consecuencias nefastas ya hemos padecido en épocas anteriores, obliga a la unidad de los peruanos. Como siempre, serán los más pobres en sufrirlo de manera trágica. Adelantemos el mensaje de nuestro apoyo concreto a la satisfacción de sus urgencias y necesidades. Somos sus representantes y hay que colocarnos a la altura de este deber de manera consensuada.

Es por este y otros motivos que también me he permitido invocar al diálogo entre el Gobierno central, las fuerzas políticas y las más importantes organizaciones civiles. Necesitamos definir una agenda mínima de compromiso por el país que derrote la sensación de desgobierno o especulaciones sobre intentos de ruptura del orden constitucional.

Sólo la exhibición plena y franca de nuestra voluntad de dialogar, entendernos y aplicar de manera conjunta medidas en provecho de todos los peruanos, restablecerá para la democracia el sentido que los primeros y más destacados legisladores del este Congreso imaginaron hace 193 años como fundamento del sistema de libertades: debatir sin ataduras pero logrando acuerdos.

Finalizo rememorando hoy lo que solía repetir uno de los más ilustres presidentes que tuvo el Parlamento nacional, don Andrés Townsend Ezcurra, cuando evocaba las palabras atribuidas al libertador Simón Bolívar –cuyo monumento ecuestre engalana la plaza vecina a este recinto– en su afán de integrar las naciones sudamericanas: “Unión, unión, o la anarquía os devorará”.

Suscribo lo mismo: unión peruanos frente a las adversidades, unión de las agrupaciones políticas para servir con eficacia a nuestros compatriotas, unión queridos colegas para culminar nuestro periodo con perseverancia en el trabajo, entereza y dignidad.

La anarquía jamás podrá devorarnos.

Muchas gracias

 

 



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