La educación es parte crucial para el correcto desarrollo del país. El modelo educativo actual, enfocado en memorizar fórmulas y teoría, ha ido mejorando durante los años. Sin embargo, un reporte del World Economic Forum sobre los Trabajos del Futuro, indicó que las habilidades más solicitadas para el 2020 serían las blandas; entre ellas: creatividad, pensamiento crítico, resolución de problemas, inteligencia emocional y adaptabilidad.

Este reporte, generó una nueva tendencia educativa a la que distintos colegios, a nivel mundial, están adaptándose, generando métodos de enseñanza más efectivos y enfocándose en otras áreas de la educación.

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Adaptar la currícula escolar a las tendencias mundiales en educación es clave para potenciarnos como país. Por ello, es importante enfocar la educación en valores clave y habilidades blandas durante toda la etapa escolar, mediante actividades colaborativas que permitan desarrollarlas. Estas actividades pueden ser académicas, dentro y fuera del aula, proyectos de servicio social, deportes o arte, que permitan identificar qué habilidades blandas debe mejorar el alumno y que este, a su vez, pueda reconocerlas y así trabajar en ellas. 

En ese contexto, el Colegio Markham viene adaptando su currícula para ayudar a sus estudiantes a desarrollarse integralmente, incluyendo el aspecto académico así como sus habilidades blandas. Al respecto, Chris Binge, Headmaster del Colegio Markham, comentó que “Las habilidades blandas son importantes porque permiten vivir y trabajar satisfactoriamente con otras personas y, si no se está capacitado para ello, será una limitación que, a pesar de contar con el mejor conocimiento académico, hará muy difícil ser exitoso”.  

Una vez identificadas las habilidades que posee el estudiante, mediante una evaluación cualitativa y continua, en más de una asignatura, el alumno determina por sí mismo cuáles tiene más desarrolladas y cuáles debe mejorar. “Si un alumno debe potenciar sus habilidades comunicativas, por ejemplo, se le alienta a que ingrese a talleres de redacción o de actuación, para que así pueda desarrollar esta capacidad” agregó Binge. 

Asimismo, un Programa de Servicio Social puede integrar a toda la escuela, mediante actividades fuera del aula que potencien las habilidades del trabajo en equipo, adaptabilidad y la resolución de problemas. Los estudiantes, desde los 9 años, pueden encargarse de ejecutar o liderar estos proyectos, mientras que a los menores se les puede encomendar otras actividades de apoyo, como la recaudación de fondos. “Esto permite a los alumnos ganar una conciencia social desde niños y así, convertirse, el día de mañana, en individuos íntegros”.

Un caso de éxito del Programa de Servicio Social del Colegio Markham es el Chincha Club. El proyecto, consiste en construir casas para los damnificados por el terremoto del 2007 en la ciudad de Chincha, donde los alumnos sean responsables desde el planeamiento y recaudación de fondos hasta la construcción. A la fecha, han construido más de 350 casas y beneficiado a más de 1500 personas. En marzo de este año una delegación de alumnos participó en la Conferencia Internacional de la OEA HACIA DEMOCRACY, organizada por la Universidad de Harvard, donde se llevaron el primer lugar frente a 40 delegaciones de Latinoamérica.