El bosque El Olivar representa el pulmón de oxígeno más importante de nuestra capital y es considerado como Monumento Nacional desde 1959. Sus áreas incluyen árboles de olivo de una antigüedad promedio que supera los doscientos años.

La precipitada caída de uno de ellos, no sólo significa la pérdida de un árbol con gran valor histórico y monumental, sino que podría poner en riesgo la integridad física de los vecinos y de viviendas colindantes.

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Por ello la Municipalidad de San Isidro ha implementado una técnica de apuntalamiento en siete árboles de olivo identificados en situación de riesgo (están inclinados), en el bosque El Olivar.

Se trata del uso de una estructura de metal que reemplaza a las bases de madera con las que estaban apuntalados los olivos, las cuales estaban cediendo por diversos factores: peso de los árboles, condiciones climáticas y el correr de los años, evidenciando un evidente peligro de caída.

Esta técnica es usada por la Universidad de Tennessee y Florida con el objetivo de evitar posibles caídas de árboles que ocasionen daños a las personas o al patrimonio. 

Se trata de un soporte de metal que actúa como un punto de anclaje que sostiene al árbol sin afectar su estructura natural, generando mayor estabilidad al centenario árbol de olivo, caracterizado por sus escazas raíces vulnerables a la afectación de agentes patógenos causantes de pudrición.

Con ello se podrá alargar el tiempo de vida del árbol. La técnica viene siendo usada en Colombia (Santa Bárbara), Estados Unidos (California) y en Japón (Jardín Kenrouquen), entre otras experiencias.

Con información de la Municipalidad de San Isidro.