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Perú perdió al maestro violinista Máximo Damián: Cumplió promesa a José María Arguedas

20:20 horas - Jueves, 12 Febrero 2015

Perú perdió hoy a otro de sus mayores e inigualables exponentes de su cultura folclórica musical. Esta vez fue el turno del violinista Máximo Damián, quien preservó y difundió la música andina tradicional, especialmente la ayacuchana. En favor del país, el noble amigo de José María Arguedas también tuvo una importante actividad difusora en el extranjero.

Debe observarse que su esposa, Isabel Astos, informó que a pesar de lo delicado que era el estado de salud de su conyugue (por la Diabetes que padecía) y de haber sido ingresado el día de ayer, Máximo Damián (79) no fue atendido adecuadamente en el Hospital Rebagliati, habiendo permanecido más tiempo del debido en la Sala de Emergencia, debido a que no se contaba con una cama disponible.

Máximo Damián Huamaní nació el 20 de diciembre de 1936, en San Diego de Ishua, distrito de Aucara, provincia de Lucanas, departamento de Ayacucho. Fue hijo de Justiniano Damián (violinista) y Toribia Huamaní, campesinos y quechuahablantes.

Damián Huamaní no culminó su educación primaria e inicialmente no tuvo el apoyo de su padre para instruirse en el arte de tocar violín; ya que Justiniano Damián deseaba un futuro mejor para su hijo, que el depender de un mundo asociado a “borracheras”.

En 1952, cuando tenía 15 años y ya se encontraba en Lima, todos los domingos visitaba a sus paisanos, para quienes interpretaba su arte musical. Ganó tal respeto y popularidad entre los migrantes que llamó la atención al escritor José María Arguedas, quien era Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo Ministerio de Educación, y buscó al ayacuchano para que tocase en eventos culturales organizados por esa institución.

Tal fue la amistad con Máximo Damián, que Arguedas dispuso que su amigo tocará la música andina que tanto amó en los cortejos fúnebres de su funeral. Esto se cumplió, tal como Damián cumpliría la promesa que le hiciera al andahuaylino de preservar la pureza y riqueza de su estilo autóctono, en contra de amoldarse a los gustos occidentales.

El ayacuchano fue maestro de música en la Escuela Nacional de Folclor, desde 1975. En 1992 hizo giras por Alemania, Suiza, Francia, Inglaterra. Posteriormente, se presentó en Dinamarca y Holanda (1994), así como en Nueva York y ciudades de Japón, en el 2000.

La partida de Máximo Damián es una gran pérdida, por su gran calidad como intérprete de uno  los estilos musicales andinos que mayor desarrollo alcanzó en nuestro folclore popular. Vivimos otros tiempos, la mercantilización de la producción musical rebajan la calidad y profundidad que otrora nos enorgulleciera. Sin duda hay nuevos talentos, pero aun no equiparables a quien nos dejó hoy.

(Redactor: @josezamalloaj



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