El pequeño de iniciales A.C.C., que ingresó al Instituto Nacional del Niño de San Borja (INSN-SB) con quemaduras en el 85% de su cuerpo, salvó de morir gracias a las numerosas y complejas intervenciones quirúrgicas realizadas en el referido nosocomio.

Actualmente se ha logrado cubrir un 95% de sus lesiones, que comprometía zonas como la cabeza, la vista y sus extremidades, con una serie de injertos de tipo biológico y sintético.

“Lo único que falta es la cabeza, ahí se le ha hecho unos pequeños huecos en el cráneo, donde se empieza a formar un tejido que se llama de granulación para después ahí pegar el injerto”, explicó el doctor Martín Castro, pediatra de la Unidad de Quemados del INSN-SB.

No obstante, la recuperación total del menor de 4 años tomará tiempo y necesitará de diversas terapias y nuevas operaciones, pues al presentar quemaduras profundas de 2° y 3° grado, ha sufrido complicaciones que le han dejado secuelas.

El especialista explicó que los pulmones del pequeño fueron afectados al haber aspirado gran cantidad de humo, y sufrió un paro respiratorio a los pocos días de ingresar. “Esto ha ocasionado un retraso en su desarrollo psicomotriz, tiene dificultades para hablar y caminar e incluso le ha quedado epilepsia secundaria y está tomando bastante medicación para no tener convulsiones”, refirió. 

El accidente ocurrió en su natal Huánuco, cuando el menor jugaba con fósforo mientras su madre trabajaba a unas cuadras de su vivienda.