“Tengamos esa lealtad con la historia de la salvación, de recordar y de vivir como lo hacemos en nuestras familias estos momentos tan maravillosos”, fue uno de los pedidos que hizo el cardenal Juan Luis Cipriani en su homilía de la Misa de Navidad, el domingo 25 de diciembre, en la Basílica Catedral de Lima.

En otro momento, pidió a los fieles rezar por sus seres queridos que le trasmitieron la fe y lo importante que es seguir difundiendo la tradición a las siguientes generaciones. “Recordamos con mucha alegría y agradecimiento a nuestros padres y abuelos y a tantos que nos ayudaron y nos criaron en la fe. Por eso también elevamos la oración por nuestros seres queridos. Esta tradición familiar que está hecha de muchos gestos, de cantos, de nacimientos, de regalos, de árboles de Navidad, todo tiene más significado que nunca”, dijo.

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“En Perú, en concreto en Lima, vemos con mucha alegría cómo crecen esas expresiones de religiosidad popular, los niños, los nacimientos, los villancicos, también los regalos; los momentos en familia y pronto los Reyes Magos. Vivimos siguiendo esa música de fondo, de la verdad de la creación, del nacimiento de Jesús, de la alegría en la familia. Es muy bonito y muy importante. Si tenemos memoria sabremos dar a la siguiente generación todo lo que recibimos; lo que hemos recibido gratis hay que entregarlo gratis, el amor de padres a hijos, la fe y esas expresiones sencillas que en estos días de Navidad son muchos”, agregó.

Además, el arzobispo de Lima animó a todos a mirar al niño Jesús dejando de lado nuestros problemas. “Son días, como todos sabemos, de cariño, de perdón, de paz, de alegría. Mira al Niño, deja que él te mire, es el mismo de Belén, es el mismo que está buscando cariño, que está acompañado de María y de José, pero para mirarlo solo te pide una condición: sé un pastor, sé sencillo, olvídate de tantos problemas, preocupaciones, cálculos, dificultades”, dijo.

Más adelante, recordó que todos somos hermanos en Cristo y que formamos parte de la familia de Dios. También, afirmó que vienen tiempos difíciles donde nuestra fe estará a prueba.