Una multitudinaria fiesta se celebró en Brasil en julio de 2013 cuando el papa Francisco realizó su primer viaje internacional que coincidió con la Jornada Mundial de la Juventud, que se llevó a cabo en la playa de Copacabana.

Más de dos millones de corazones palpitaron de emoción y alegría con el Cristo Redendor de fondo durante las vigilias de oración, viacrucis y misas. Por un momento, el sumo pontífice hizo que el gigante sudamericano se olvidara de sus problemas de coyuntura.

[Lee también: El papa en el Perú: internos interpretan canción en homenaje a la visita de Francisco]

El mensaje de un papa cercano y de pueblo, lo llevó a visitar la favela Varguiña, en Río de Janeiro, una zona que años atrás era controlada por el tráfico de drogas. También viajó a Sao Paulo para venerar la imagen de Nuestra Señora de la Aparecida, patrona de Brasil.

Con su estilo pastoral y un magnetismo singular, Francisco I buscó revitalizar la fe en tiempos difíciles. Cabe precisar que Brasil, con 123 millones de fieles católicos, es el país con mayor población con esta creencia religiosa en el mundo.