Karina Jordán: "La lealtad tiene que ver con aceptarte con tus oscuridades y tu luz"

Karina Jordán fue invitada al programa "Miradas". Compartió detalles íntimos de su vida, desde la herencia de una cadena con la Virgen hasta su camino como actriz profesional. Foto: captura.
En Miradas, conducido por Fátima Saldonid, la actriz Karina Jordán compartió momentos significativos de su vida personal y profesional. Entre ellos, destacó una joya que guarda con especial cariño: una cadena con la imagen de la Virgen y el Niño que representa más que un simple adorno.
“Mi mamá recibe la cadena de mi abuela a los 15 años", narró Karina y que tiempo después se la regala con una nota muy emotiva. La actriz reveló así el peso emocional de esta reliquia familiar que ha sido entregada con amor en momentos clave de la vida de tres mujeres.
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Aquel objeto, recibido durante un viaje entre amigas y acompañado de una carta escrita por su madre, simboliza protección y buenos deseos. Para ella, esta cadena es un vínculo femenino, una energía que atraviesa generaciones: “Qué lindo recibir algo que viene como del lado de la rama del árbol genealógico materno”.
"La lealtad tiene que ver con aceptarte con tus oscuridades y tu luz. Y también con tus errores, con tus patinadas, con todo", comentó con respecto a lo que sus padres le enseñaron y cómo la criaron.
APRENDER A SOLTAR Y SABER QUÉ CONSERVAR
Karina Jordán también reflexionó sobre el valor del desapego, especialmente tras vivir cuatro años entre Perú y Alemania. Reconoció que esa experiencia le enseñó a desprenderse de lo material. “Mi vida tenía que entrar en una maleta de 23 kilos cuando me fui. Y era desapegarme de mi casa, mi carro, que lo vendí”, expresó. Aun así, destacó que hay objetos que permanecen con nosotros porque cargan historias que nos acompañan siempre.
RECUERDOS DE INFANCIA Y EL CAMBIO DE LOS TIEMPOS
Su niñez transcurrió entre las casas de Breña y los veranos en Mollendo, rodeada de una familia numerosa. Lamentó que actualmente la unión familiar ya no sea tan fuerte como antes. “Me da pena admitirlo, pero no tenemos eso que tenía mi mamá y mi papá de querer estar con sus primos todo el tiempo”, confesó, atribuyendo este cambio a una sociedad cada vez más individualista.
De su abuela arequipeña guarda también memorias entrañables: una mujer fuerte, de carácter firme y siempre atenta al buen comer. “Siempre te daba de comer, siempre era como el plato grande, como buena arequipeña”, recordó entre sonrisas.
UNA VOCACIÓN QUE SURGIÓ CON ATREVIMIENTO
El deseo de actuar apareció desde niña, cuando tenía apenas 10 u 11 años. Tras ver La novicia rebelde con Denisse Dibós, descubrió que sí existían actores jóvenes en el Perú, pese a que sus padres pensaban lo contrario.
En un acto de osadía, Karina llamó por su cuenta a la academia de su tía Ana María Jordán y pidió una beca. “Le dije, soy sobrina a Ana María, mi nombre es Karina Jordán. Y ella como que se rió. (...) Ana María después llamó a mi papá. Y efectivamente, me becaron”. Pero ese atrevimiento fue clave.
RECHAZOS QUE IMPULSAN
No todo fue fácil en sus inicios. Karina relató que no logró ingresar al taller de Roberto Ángeles debido a un monólogo complejo de Fuenteovejuna. “No fui bien preparada y el texto era un texto difícil y no entré”, confesó. Luego, una experiencia similar en el taller de Aristóteles Picho la hizo cuestionarse su vocación.
Ante la incertidumbre, su padre le propuso estudiar Comunicaciones en la Universidad de Lima. Allí se dio cuenta de que quería estar frente a la cámara, no detrás. Su paso por esa carrera, las funciones infantiles y la promesa a un profesor de Economía la llevaron finalmente a la PUCP, donde encontró su verdadera ruta: la actuación.
LA ACTUACIÓN COMO PROCESO TRANSFORMADOR
Para Karina, estudiar teatro significó un nuevo comienzo. “Uno renace en todos los niveles”, afirmó, destacando el impacto emocional que conlleva esta carrera. Aseguró que actuar implica no juzgar al personaje y abrirse por completo.
En ese proceso, se genera una conexión intensa con los compañeros de escena. “Abres todos tus defectos, todo tu pasado, todo tu lado oscuro, se lo entregas y confías en el otro para crear”, explicó, reconociendo que ese lazo fraterno hace aún más duros los cierres de proyectos.
LO PROFESIONAL ESTÁ EN LA REPETICIÓN
Consultada por los personajes que marcaron su carrera, Jordán señaló que aún tiene varios papeles por interpretar, sobre todo en cine. Resaltó además una diferencia clave entre el actor profesional y el amateur: “Un actor profesional sostiene la repetición, que es de lo que se habla poco. En cambio, un actor que no es profesional no sostiene esa repetición en la misma calidad todo el tiempo”.
MENSAJES QUE EMOCIONAN Y OBRAS QUE LLEGAN A TIEMPO
Durante el programa, Karina recibió cálidos saludos de colegas como Raúl Loayza y Miluska Rosas. Esta última le dijo con cariño: “Cuando sea grande, quiero ser como tú”. Actualmente, protagoniza Desnudos, una obra de Doris Dörrie que aborda las crisis de pareja con madurez y honestidad. “Tengo casi 40 años y estoy casada hoy en día”, comentó, indicando que ciertas vivencias personales son necesarias para conectar con estos roles.
No te pierdas la entrevista completa con Karina Jordán en Miradas, el programa conducido por Fátima Saldonid. Disponible ya en YouTube.
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