En el marco del Día Mundial del Sueño que se celebra cada tercer viernes del mes de marzo especialistas del Instituto Peruano de Neurociencias (IPN) advirtieron que dormir tarde y poco acelera el envejecimiento en el ser humano.

Los problemas en torno al sueño y la calidad de vida son una amenaza para el 35% de jóvenes y el 43% de adultos mayores. No descansar lo suficiente impide una adecuada regeneración de tejidos, así como exige un trabajo adicional para seguir funcionando cuando no se duerme. Durante el sueño el cerebro elimina las toxinas que se acumulan durante el día mientras estamos despiertos. El sueño también mantiene las vías y conexiones del cerebro en buen estado y trabajando al máximo.

El neurólogo y director del IPN, Nilton Custodio manifestó “El sueño es una necesidad biológica que permite recuperar funciones físicas y psicológicas para el pleno rendimiento de las personas. La tendencia a dormir tarde y despertarse temprano es una bomba de tiempo para nuestra salud. Por ello, es importante no renunciar al valioso tiempo para el sueño para completar nuestras tareas del día siguiente”

Lo óptimo en adultos es dormir entre 7 y 8 horas diarias es regularmente, pero según envejecemos las necesidades del sueño van disminuyendo en cuanto al número de horas, pasando de 16 a 18 horas en los recién nacidos hasta llegar a las 6 a 7 horas en los adultos mayores. Incluso a medida que envejecemos, el sueño es menos profundo y más entrecortado.

Por ello, la importancia de la higiene del sueño que consiste en una serie de medidas para mejorar las condiciones físicas de los dormitorios, optimizar horarios, alimentación, ropa, etc.; orientados a una buena calidad de sueño es imprescindible.