La hemofilia es una enfermedad genética que afecta la coagulación sanguínea que es una preocupación para aproximadamente 3400 peruanos, quienes enfrentan episodios recurrentes de hemorragias y sangrados prolongados. Este trastorno, considerado como raro o huérfano, requiere una mayor conciencia y atención médica para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Cada 17 de abril se celebra el Día Mundial de la Hemofilia con el propósito de sensibilizar a la población sobre la importancia de detectar precozmente los signos de alerta, facilitando así un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno para prevenir complicaciones futuras.

Los síntomas característicos de la hemofilia incluyen sangrados intensos por la nariz, después de intervenciones dentales o por el cordón umbilical, así como moretones frecuentes, hematoma después de inyecciones y dolor en las articulaciones debido a la acumulación de sangre. Estos sangrados pueden ser potencialmente mortales si afectan áreas como el abdomen o el cerebro.

Asimismo, expertos advierten que la hemofilia, aunque no tiene cura, puede gestionarse con tratamiento adecuado. Sin embargo, esta condición afecta significativamente la vida de quienes la padecen, así como la de sus familiares y cuidadores. Los sangrados suelen comenzar en la infancia y el tratamiento principal implica reemplazar el factor de coagulación deficiente en el organismo.

En conmemoración del Día Mundial de la Hemofilia, el Ministerio de Salud (Minsa) organizó una jornada académica y técnica dirigida al primer nivel de atención, con el objetivo de abordar las enfermedades raras y huérfanas que incluyen trastornos de coagulación. Este esfuerzo refleja el compromiso continuo de las autoridades de salud en mejorar la atención y el apoyo a quienes enfrentan este desafío médico.

Foto: Ministerio de Salud