Cientos de migrantes centroamericanos, en su mayoría salvadoreños, cruzaron a pie y nadando el río Suchiate, que separa a México y Guatemala, en su intento de continuar su travesía hacia Estados Unidos.

Caminaron unos tres kilómetros río arriba para cruzar a suelo mexicano. La policía federal y agentes de migración también se desplegaron pero muchos de los migrantes ya habían cruzado.

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Previamente, los cerca de 2.000 migrantes de este grupo se acercaron al puente internacional Rodolfo Robles para cruzar a México pero los agentes federales les impidieron el paso a cambio de solicitudes de refugio.

Este grupo sigue la ruta trazada por miles de hondureños de otras dos caravanas de migrantes. Este viernes, la primera partió de la localidad de Donají, en el estado de Oaxaca; mientras que la segunda cruzó México pasando por el estado de Chiapas.

En este contexto, el presidente Donald Trump se retractó de sus afirmaciones de que soldados estadounidenses debían disparar a migrantes en la frontera con México si éstos les arrojaban piedras en su intento de ingresar a Estados Unidos.

“No dije disparar”, dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca, a quienes además explicó que los migrantes que tiren piedras o que soliciten el estatus de refugiado en la frontera sur “serán detenidos por mucho tiempo”.